DON ARTURO JUNGE.

Veinte años después.

(Ramón Acuña Carrasco.)


La experiencia de Frutillar decía que era posible. Aquí, a pasos de la capital. En una comuna jardín con vista al mar. No lo pensó más y a principios del mes de Octubre de 1982, con el apoyo entusiasta de Clarita Schedel de Ramcke, Jaime Donoso, Roberto Bravo, Waldo Aránguiz, más otros Directores y Solistas a punto de invitación dio inicio a un trayecto que guiaría sus pasos hacia la formulación de una instancia legal que promoviera las artes de la comuna, empezando por La Música. El 31 de Octubre, a las 10,20 horas, en el Club de Golf, con gran asistencia de entusiastas seguidores de la idea, nacía, ambiciosa y futurista, la Corporación de Encuentros Musicales de Rocas de Santo Domingo, sin desechar la posibilidad de ampliar su campo de acción a otras expresiones artísticas una vez afianzado el primer objetivo. Nombres propuestos para el Directorio fueron: Don Arturo Junge Eskuche, doña Clara Schedel de Ramcke, don Sergio Cruz Fernández (Alcalde de la Comuna de Santo Domingo), doña Ruth Kyrein de Steiger, don Hernán Palau Czischke, doña Carmen Arthur Aránguiz, don Manuel Ossa Cerda, don Jaime Donoso, don Carlos Croxatto y don Vicente Echeverría Palma. La redacción de Estatutos quedó a cargo de don Fernando Harms y el perfeccionamiento legal bajo la responsabilidad de don Julio Chaná Cariola.

El primer comunicado de prensa informaba de 13 conciertos que constituirían la programación de los Primeros Encuentros Musicales de Rocas de Santo Domingo a realizarse entre el 16 de Enero y el 13 de Febrero de 1983 en la Iglesia y en el amplio escenario de la Escuela Parroquial. Solistas anunciados: El pianista Roberto Bravo, el cellista francés Bernard Michelin, el organista Luis González y otros. Más, cuatros coros: Ars Viva, dirigido por el Maestro Waldo Aránguiz, Schola Cantorum, bajo la dirección del Maestro Ricardo Kistler, el Conjunto Vocal de la Universidad Católica de Valparaíso, conducido por el Maestro Jaime Donoso. Faltó a la cita el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, de Santiago, que fue reemplazado por el Coro del Puerto de San Antonio dirigido por el Maestro Juan Olguín.

Se abrieron inscripciones para los Cursos Internacionales de Interpretación a cargo de los profesores Bernard Michelin en Cello y el profesor argentino Humberto Carfi en Violín y Viola. Muchos fueron los jóvenes talentos que participaron en esta instancia que, además, tenía el incentivo de una beca de perfeccionamiento de Air France para el mejor alumno del curso de violín, con viaje y gastos pagados.

A las 19 horas del día 14 de Enero, dos días antes de lo proyectado, se llevó a efecto la inauguración que fue solemne, con izamiento de la banderas de Chile, Argentina, Perú, Alemania, Francia y Suiza, con la asistencia de autoridades y representantes de cada uno de estos países. El primer concierto estuvo a cargo del Coro Schola Cantorum, bajo la dirección del Maestro Ricardo Kistler que interpretó la Petite Messe Solenelle, de Giacomo Rossini.. Las crónicas de la época dicen que el segundo concierto con Roberto Bravo en cartelera fue clausurado por instrucciones superiores. No se supo de qué nivel, pero, que fueron superiores, lo fueron. El Maestro Bravo incluía en su programa obras de Ginastera, Villa Lobos, Liszt, Chopin y Beethoven. Después de este desencuentro administrativo se cumplió con el resto de lo proyectado. Y "luego y luego y luego y luego", como diría Neruda, "es tan largo contar las cosas."


El Coro del Puerto de San Antonio fue un buen punto de apoyo para el Maestro Arturo Junge que , en una versión dinámica y creativa daría residencia costera a la exitosa experiencia de las Semanas Musicales de Frutillar en el entorno privilegiado de Santo Domingo, " el verdiazul de los ríos." La Renée Malbec fue una secretaria de lujo y los coralistas sanantoninos tramoya y protagonistas, cuando fue necesario.

El Maestro Junge falleció hace algún tiempo; le sobreviven los Encuentros Musicales de Rocas de Santo Domingo y el afecto de quienes tuvimos el privilegio de compartir su locura por la música.

Estuvimos allí.

Hoy recordamos.